Érase un niño que, mirando a su madre prepararse para atender su junta semanal de la Red Ciudadana, le preguntó: “Mami, ¿ya te vas a tu Liga de la Justicia?”… Sin duda, percibir a su madre como Superhéroe, tal como se infiere, dice más que mil palabras.
Formar comunidad implica entender que mucho de lo que hoy queremos construir como cimiento de una estructura vecinal sana y armoniosa, nos tomará tiempo; un tiempo en el que nuestros niños de hoy irán creciendo, mientras aprenden de sus referentes adultos, y mientras juegan y conviven con sus iguales. A lo largo de ese tiempo, el parque Saki, el parque Jamadi, sus canchas de basket, de fut, de padel, su juego de agua, sus fuentes y prados, sus largas pistas para caminar, correr y andar en bicicleta o caminar con sus mascotas, así como las amenidades propias de sus condominios, irán dejando recuerdos imborrables en su memoria, haciendo de Zibatá un lugar entrañable en sus vidas.
Los habrá quienes creciendo, verán a sus padres RESPONSABLES organizar juntas vecinales, los oirán hablar de comités, y sin duda, de reglamentos que atender. Los habrá a quienes también, teniendo padres BUENOS, les toque aprender la importancia de saludar, considerar, respetar y ayudar al vecino. Y entre todos ellos, los habrá quienes teniendo padres EXTRAORDINARIOS, tengan la dicha de aprender desde pequeños, a servir a su comunidad.
Cuando la Red Ciudadana imagina a la comunidad zibatense del mañana, ve a esos niños convertidos en jóvenes y adultos responsables, buenos y extraordinarios a semejanza de sus padres, quienes haciendo honor a su ejemplo y enseñanzas atesoren un legado tan grande y valioso para los pocos, como incomprensible para los muchos: la responsabilidad del compromiso.
Y es que en tiempos en los que se privilegian los derechos humanos, de pronto se nos olvida que éstos traen aparejados los compromisos. Y cuando se educa a los hijos a defender sus derechos sin formar su carácter para responder a los compromisos, la educación no solo es trunca, sino peligrosamente deformante.
Por eso, en el contexto del Día del Niño y soñando con una comunidad zibatense consciente, deseamos visibilizar el decálogo que la Defensoría de los Derechos Humanos ha difundido por sus medios, suplicándoles a los padres responsables, buenos y extraordinarios, nos ayuden formando bajo estos principios a los líderes de la comunidad zibatense del mañana.
Porque nuestros niños y adolescentes tienen…
- Derecho a no sufrir discriminación, y el compromiso de NO DISCRIMINAR.
- Derecho a la salud y la integridad física, y el compromiso de CUIDARSE Y CUIDAR A OTROS.
- Derecho de ir a la escuela, y el compromiso de CUMPLIR CON SUS TAREAS.
- Derecho a jugar, y el compromiso de RESPETAR LAS REGLAS.
- Derecho a una vivienda digna, y el compromiso de AYUDAR EN LOS DEBERES DE LA CASA.
- Derecho a vivir en paz y tranquilidad, y el compromiso de NO MOLESTAR A LOS DEMÁS.
- Derecho a expresar lo que sienten y piensan, y el compromiso de NO LASTIMAR A LOS DEMÁS Y RESPETAR SU OPINIÓN.
- Derecho a ser tratados con respeto, y el compromiso de TRATAR A LOS DEMÁS CON RESPETO.
- Derecho a no recibir ningún tipo de violencia, y el compromiso de NO GENERAR VIOLENCIA.
- Derecho a que su cultura, tradiciones, lengua y raza sean respetadas, y el compromiso de RESPETAR LAS DE OTROS.
Imaginemos por un momento la convivencia de una comunidad forjada bajo esos principios… ¿Hasta dónde estamos llevando el ejemplo del compromiso, ante la mirada de nuestros hijos?
Por un Zibatá de orden y respeto, mejoremos nuestro nivel de conciencia.
Artículo publicado en abril de 2022.
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