En alguna de nuestras columnas anteriores decíamos que, “alimentando nuestro más profundo anhelo, todos relacionamos el concepto `Comunidad Planeada´ con valores de bienestar diversos que nos empujaron a tomar la decisión de compra en Zibatá: armonía, paz, tranquilidad, seguridad, respeto, alegría, belleza, orden y un largo etcétera. La mayoría dimos por sentado que habiendo adquirido nuestro terreno o casa, todos esos valores conceptuales llegarían por añadidura; pero en realidad, esos valores de bienestar los proyecta y comparte una comunidad desde la práctica personal de su gente”.

Recordando este párrafo, y retomando nuestra comunicación tras el impase que nos representó la pandemia, cabe reubicarnos en contexto, para volver a poner en la mira el objetivo principal de la Red Ciudadana de la Colonia Zibatá.

Vivimos un mundo muy convulsionado, y la construcción de paz en una comunidad o sociedad no es tarea sencilla. Todos traemos cosmologías y valores diversos; lo que para unos es justo, para otros es injusto; lo que para unos es bueno, para otros es malo; y lo que para unos es obvio, para otros no lo es. El caso es que, en esta  diversidad de pensamiento a la que todos tenemos derecho, ponernos de acuerdo se hace muy complicado. Por si esto no fuera suficiente, estamos coexistiendo 5  generaciones distintas, cada una con sus propios referentes morales y lingüísticos, además de experimentar una recrudecida migración regional que nos empuja a convivir también con diferentes referentes culturales.

Ciertamente, el desafío de esta compleja interacción, aunada al incremento del “miedo” que la incertidumbre del contexto presente genera, está proyectándose en la sociedad en forma de hipersensibilidad reactiva: cualquier cosa nos hace estallar, nos hace discutir, nos hace agredir, nos hace polemizar, nos hace criticar y juzgar… Ya no es quién nos la deba, sino quién nos la pague. Por eso, bajo estas circunstancias, se hace pertinente hablar de construir paz. 

Pero, ¿qué implica construir paz?

En primer lugar, implica RECONOCER que vivimos en la “guerra” de los desacuerdos, de los desencuentros, de las competencias y de los protagonismos; en segundo lugar, implica DESEAR la paz, la tranquilidad y la armonía que genera el consenso; y en tercer lugar, implica ENTENDER que si bien no podremos estar todos de acuerdo, sí podemos por lo menos acordar la defensa del derecho a vivir en paz, que todos tenemos.

Una vez hecho consciente este principio, sigue entender que la construcción de paz es un PROCESO que lleva tiempo, pero que cada acción individual y colectiva que logre mantenerse a favor de este objetivo, vale oro.

Imposible será contar con la disposición de todos los zibateños por ahora, pero la idea es que cada día seamos más los interesados en colaborar en la construcción de paz, renunciando al impulso de contender innecesariamente. Empecemos por cooperar respetando los protocolos de nuestro condominio o privada; promovamos una organización vecinal que edifique armonía, no división; y busquemos siempre la negociación y el diálogo antes que la confrontación y la hostilidad.

Justo es esta actitud constructora la que la Red Ciudadana de la Colonia Zibatá y sus adherentes busca permear en la comunidad, a través de una comunicación asertiva y una serie de acciones que respeten en todo momento la dignidad de las entidades y las personas. Los resultados no son inmediatos, pero sabemos que la perseverancia y el enfoque siempre serán nuestra mayor fortaleza.

Por un Zibatá de orden y respeto, mejoremos nuestro nivel de conciencia.

Artículo publicado en agosto de 2021.

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